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Con la llegada de septiembre, llega también la bajada paulatina de las temperaturas y la necesidad de ir pensando en el cambio de armario. Yo, confieso, retrasar el momento todo lo que puedo porque me gusta (demasiado) la ropa de verano y la de entretiempo.
Pero también intento retrasarlo porque me agobia mucho hacer ese cambio. Mi armario no es del todo grande y tengo que guardar entre este y el hueco de debajo de la cama, así que siempre ando agobiada buscando el más mínimo espacio para que todo me quepa y no quede feo visualmente hablando.
Desde hace un tiempo a esta parte, las bolsas de envasar al vacío me han salvado la vida para guardar abrigos y jerseys, pero no quedan del todo estéticas al abrir el armario y verlas en el altillo. Y tampoco ayudan a guardar mucho orden en el canapé. Así que necesitaba una solución igual de práctica, pero algo más bonita.
Y justo acabo de ver el consejo definitivo, que viene de manos de una experta. María Leániz, más conocida en redes sociales como @atelierdelorden y experta en orden en casa, ha lanzado el mejor tip en sus redes sociales. Ha hablado de unas cajas de IKEA que yo, particularmente, no conocía y que ayudan a dar armonía al hogar y a que el cambio de armario no sea tan desastroso.
Las cajas de Ikea más recomendadas por los expertos
“Quedan elegantes y aportan armonía visual”, dice María, mientras enseña cómo utiliza las cajas KVARNVIK de venta en Ikea. De acuerdo a su criterio (y también al mío, porque son las que estoy utilizando para mi dormitorio), son ideales para tenerlas a la vista en vitrinas o baldas.
No cuestan más de 16 euros, están disponibles en diferentes tamaños y son del todo estética. Guardan la forma de esas cajas de madera reutilizadas que había hace unos años en todas las casas. Pero lo mejoran, para que apenas pesen.
Además, están disponibles en diferentes tamaños y eso es lo que les hace versátiles. Es cierto que para mantener la armonía visual, lo mejor es elegir varias del mismo tamaño, pero prometo que, combinándolos entre sí, también quedan perfectas.
Yo las he aprovechado para guardar mis camisetas y pantalones cortos del verano encima del altillo y, como se ve al abrir, parecen un cajón más. Disimulan muchísimo y tienen mucha capacidad en su interior. “En la parte alta del vestido quedan elegantes y aportan armonía visual” dice, de hecho, María en su vídeo.
Las de tamaño pequeño las he cogido para guardar pañuelos y bisutería y es lo mejor que he podido hacer.