Raúl y Fran decidieron no trasladar a Coral de tienda, excusándose en las necesidades de la empresa. Bruno Fischer, directivo de Spielen, se encaprichó con la joven y forzó un movimiento poco ético en Raúl.

Así pues, Coral se sintió en la obligación de aceptar la petición de su exprometido y ahora jefe: ser la acompañante de Bruno Fischer. Para desgracia de Carmen, Uriarte no creía que su historia hubiera terminado. El ambicioso empresario apretó a Paloma para que robase los diseños del juguete ganador del premio.

Cristina decidió buscar una nueva estrategia de defensa para Marcos. La idea de la abogada parecía ir bien encaminada, pero fue otro quien recibió la prueba que ella necesitaba. Por su parte, Ismael y Salaverría se reencontraron, sin que este sospechase de las intenciones de su antiguo compañero de celda.

Larga vida a las fiestas de Garlo

En Flechazos, Medina trató de solucionar el problema con su nueva pretendienta a su manera: provocando que la mujer le rechazase. Sonia dio un ultimátum a Medina cuando Clara descubrió quién era Pelayo Gómez. La directora de la agencia ayudó a su reciente amiga y también a ella misma sin darse cuenta.

Para sorpresa de él mismo, Emilio consiguió una cita con Julieta, al mismo tiempo que Benigna y Visi encontraron una vía para desembarazarse de Quintero. Este último por su parte enfrentó a Cristina por haber alojado a Marcos en su casa y la abogada le confesó a su amigo las dudas que tiene sobre su cliente al no haber encontrado a su hija.

La fiesta de Garlo comenzó. Coral acudió de la mano de Fischer mientras que Raúl se reencontró con una vieja conocida. A su vez Sonia se abrió a Medina, justo cuando un nuevo problema llegó a sus vidas: su madre, Belinda. Y Catalina se dio cuenta de cuál es el rol que ella tendrá en Las Pizcas, algo que le incomodó y despertó sus inseguridades.