Esta semana, en La Promesa, la boda se acercaba y Cruz, Jimena y su madre alababan el vestido de novia. Tanta superficialidad se hizo insoportable para Catalina, que además tenía que ver cómo su madrastra salía impune de la venta a traición del broche de las marquesas de Luján. Mientras, para Curro también era un día importante: había llegado su tutor. De su desempeño en los exámenes dependería su futuro académico, el cual parecía no importarle a su padre Lorenzo, que estaba más preocupado del testamento del barón.

Candela recibió un anónimo informándola de que conocía un oscuro secreto de su pasado. Ella intentó restarle importancia, pero Lope dedujo que había algo inquietante detrás. Por otro lado, gracias a Pía, Gregorio comenzó a mostrar un lado más amable con el servicio. Esto, lejos de agradar a Rómulo, parecía molestarlo. Y Jana tenía que soportar la frivolidad circundante a la boda con todas sus esperanzas puestas en que Manuel recordase su pasado y lo mucho que la amaba.

Teresa estuvo a punto de quitarse la vida

Catalina le enseñó a Manuel el avión que había arreglado con la ayuda de Jana. Sin embargo, la reacción de éste fue muy distinta a la que esperaba. Por otra parte, todos felicitaron a Curro por haberse convertido en un bachiller. Incluso Simona preparó el postre favorito del muchacho para celebrarlo. Pero Curro echaba de menos una enhorabuena. La de su propio padre. Mientras, Catalina consiguió que la baronesa de Azahara le prestase el broche de su madre para lucirlo en la boda de Manuel. Cruz lo consideró una provocación y Catalina ya no esconde sus sentimientos.

Jana quedó destrozada por la reacción de Manuel y María Fernández intentó consolarla, pero no fue fácil, y menos cuando los preparativos de la boda entre Manuel y Jimena avanzaban viento en popa. Además, Teresa estaba muy afectada por los remordimientos tras la muerte del barón de Linaja y a punto estuvo de cometer una locura. Fue un encuentro fortuito con Lope lo que evitó el desastre.

María Fernández le pidió ayuda a Martina para localizar a Salvador, y Martina a su vez habló con su tío, que prometió hacer lo que pudiera. Pía le aconsejó a Rómulo que le pidiera perdón a Gregorio y Alonso habló con Manuel: ahora ya no tenía por qué casarse, gracias a la herencia tuvieron dinero suficiente y si Manuel lo pedía, se suspendería la boda.

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Pilar Martínez es periodista especializada en contenidos de televisión y cultura, se graduó en la carrera en Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid) en el año 2018. Desde entonces ha pasado por las redacciones de Ecoteuve (El Economista), donde realizó sus primeras prácticas durante el verano del 2016.

Posteriormente, concretamente, en el año 2017 se pasó al grupo Hearst España, donde comenzó su andadura en las revistas de televisión: Supertele, Teleprograma, Telenovela. Ahora colabora con Diez Minutos, en su versión web, donde se encarga de realizar los avances semanales de las ficciones diarias de moda, así como entrevistas y artículos sobre los melodramas o telenovelas que aterrizan en nuestro país y aquellos que están por venir.

Toda una cazadora de exclusivas. A esto, se suma su puesto como redactora jefe de la sección de novela narrativa en la revista Culturamas, medio digital de alto impacto al que lleva unida desde el año 2013. Ávida lectora, cinéfila y seriéfila de primer nivel, ha hecho de su vocación su oficio.