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El príncipe Guillermo ha protagonizado uno de los momentos más emotivos de toda la coronación de Carlos III. Durante el juramento de sangre, el príncipe de Gales no ha podido evitar mostrarse de lo más emocionado. Una tradición de la familia real inglesa donde el hijo mayor del actual Rey de Inglaterra se ha arrodillado ante su padre para hacer el juramento de la sangre. El mismo gesto que ya hizo su abuelo, el fallecido duque de Edimbrugo durante la coronación de Isabel II como reina de Inglaterra.
Ha sido en ese momento el que el príncipe Guillermo ha pronunciado un breve discurso en el que jura su lealtad al nuevo Rey Carlos III. "Yo, Guillermo, Príncipe de Gales, te prometo mi lealtad, fe y verdad. Os guardaré como como vuestro señor de vida y muerte. Que Dios me ayude". Con un nudo en la garganta y a punto de estallar en lágrimas, el príncipe de Gales pronunciaba estas palabras, que emocionaban también a su padre. Sellaban estas palabras con un beso en la mejilla del príncipe Guillermo al rey Carlos III de Inglaterra.
Tras este gesto fraternal de unión, comenzaban los salvas al Rey. "Dios salve al Rey Carlos". "Juro que rendiré verdadera lealtad a vuestra majestad y a sus herederos y sucesores según la ley. Con la ayuda de Dios. Dios salve al Rey Carlos. Larga vida al Rey Carlos. Que viva siempre el Rey", son las palabras que han resonado por la Abadía de Westminster.
El que se ha quedado sin protagonismo alguno ha sido su hermano, el príncipe Harry. Cada días más alejado de la familia y relegado a un segundo plano, el hijo menor de la princesa de Gales está deseando poner tierra de por medio. ¿La razón? volver junto a su familia para celebrar el cumpleaños de su hijo Archie junto a su mujer, Meghan Markle, que ha declinado esta invitación a la coronación.
