Los concursantes de ‘Supervivientes 2021’ por fin se han sometido a la popular ‘mesa de las tentaciones’, prueba en la que se demuestra hasta qué punto están dispuestos a llegar por llevarse una suculenta recompensa. Y, como todos los años, convencer a los ‘supervivientes’ ha sido una tarea ardua y difícil. Dejando a un lado el comentado estriptís de Tom Brusse, Olga Moreno fue una de las más reticentes a la hora de aceptar el desafío. Para ella, al igual que para muchas personas, su pelo es sagrado y no estaba dispuesta a deshacerse de su preciada cabellera sin, al menos, oponer resistencia… La organización del programa le propuso cortarse la melena, unos 20 centímetros, a cambio de poder degustar sus platos favoritos: gazpacho, bienmesabe, crepes de crema de cacao y jamón. ¿Quién se podría resistir a la tentación?
"Es que son muchos centímetros, llevo cuarenta y cinco años para tenerlo así de largo porque a mí no me crece nada", expresaba reticente y entre lágrimas la popular empresaria. "Mi Lola me va a matar porque voy a estar feísima, sé que me voy a arrepentir, pero tengo mucha hambre". Jorge Javier Vázquez, para convencerla, le recordó que en ediciones anteriores otras muchas celebrities habían aceptado el reto, quedando especialmente guapas. Entre ellas, citó a la esposa de José Ortega Cano, Ana María Aldón, alguien a quien Olga conoce muy bien. Sin embargo, su respuesta sorprendió a propios y extraños: “Sí, pero ella tenía cuatro pelos y no una melena como esta”.
Al ver que tal vez su comentario se podía malinterpretar, no dudó en alabar la belleza de la colaboradora de ‘Viva la vida’ y asegurar que la quiere mucho. Algo que podemos intuir que Lara Álvarez no se creyó del todo, ya que aprovechó para mandar un mensaje cargado de ironía. “Bueno, un beso, Ana María”, dijo la presentadora. Desde plató, Jorge Javier Vázquez señaló que se había quitado veinte años de encima mientras que su hermana Rosita aseguró que “con esa cara es que está guapísima”.
Gianmarco se mantiene estoico
Con respecto al resto de sus compañeros, Alejandro Albalá aceptó no poder nominar en todo lo que queda de concurso a cambio de un pollo asado, Lara Sajen estuvo de acuerdo a la hora de llevar durante una semana una bola de presidiaria atada a la pierna con tal de recuperar sus preciados ‘pergaminos’, que le fueron arrebatados por el chivatazo de Omar, y Tom Brusse no dudó en quedarse en taparrabos y mostrar sus posaderas a cambio de recibir un inmenso sándwich y poder hablar en directo con Sandra Pica.
Por su parte, Melyssa se cortó el pelo, al igual que su madre en plató para conseguir motivar a su hija, para poder hablar con su hermana y recibir pan con crema de cacao mientras que Lola tuvo la oportunidad de disfrutar de una maxihamburguesa a cambio de cumplir una serie de ‘penitencias’: estar a ciegas un día, estar atada a un compañero un día, estar atada ella misma con esposas, y un día sin hablar. Al único que no lograron convencer fue a Gianmarco Onestini, quien se negó a cortarse el pelo al uno con tal de disfrutar de tres pizzas enormes.