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Nunca es tarde para cumplir ese sueño que has dejado apartado, esa sería la moraleja de 'MasterChef'. Eneko llegó al programa con las ideas claras y una meta: a sus 38 años y toda una vida dedicada al deporte profesional, quería dar un giro a su vida. Contaba con el apoyo de su familia, su mujer y sus dos hijas. Tras batirse en duelo con Álex, hablamos con Eneko, ganador de la undécima edición de 'MasterChef', de TVE.
¡Enhorabuena, Eneko!
Muchas gracias, estoy que no me lo creo todavía. Esto fue a mitad de abril, lo que pasa es que como tienes que vivir estos meses sin poder hablar de nada, ayer lo reviví como si fuera la final, que emocionalmente es algo extrañísimo. Estoy como un niño, increíblemente feliz.
¿Cómo lo has visto, en casa?
No, tuve que ir a Madrid porque tenía los encuentros con la prensa, y quedamos algunos excompañeros. Estuvimos viéndolo todos juntos en el bar de Lluis, en la calle Ponzano, y fue muy divertido porque al final recuerdas todo y hubo risas, lágrimas, abrazos, besos…
Terminaste la final repitiendo la palabra “orgullo”. No te lo creías.
Me daba hasta vergüenza decirlo porque nunca en mi vida me había sentido orgulloso de mí hasta ahora. Lo que he vivido estos meses y lo que me ha ofrecido 'MasterChef' ha sido la primera vez que yo me he sentido muy satisfecho conmigo mismo. Además, tengo la conciencia supertranquila de cómo lo he vivido, de cómo he sido yo cien por cien. Y satisfecho con el trabajo realizado, claro. Lo de las cocinas es muy exigente y he conseguido sacarlo adelante.
Además en esta edición que era la más dura.
Entramos 26 en 'Masterchef 11', y ya en la casa estuvimos 24. Ha sido una maratón total, una carrera que a todos se nos hizo muy larga, con repescas incluidas, pero nos ha merecido la pena a los que llegamos hasta el final, porque vas con más cocinados y pruebas superadas, y eso te hacer formarte y aprender mucho más, ser más completo.
¿Sigues con la resaca del triunfo?
Sí, sí, tengo una resaca emocional absoluta. Es increíble cómo 'MasterChef' te lleva al límite en el buen sentido. Lo viví todo de una manera tan intensa, que el volver a revivir todos esos momentos en la final… Estoy exhausto, supersatisfecho y superfeliz.
¿Y ahora, qué?
Pues ahora el futuro, la cocina, un regalo; estoy con una sonrisa todo el día de pensar en lo que viene y de la suerte que tengo. Y de seguir formándome, que voy ahora al Basque Culinary Center , de poder invertir ese poco de tiempo para darle forma a algún proyecto culinario. Voy a ir al Abbac con Jordi Cruz, un mes, para estar formándome con él en un tres Estrellas Michelin. ¿Qué más se puede pedir? Le voy a volver loco a preguntas, necesito empaparme de todo. Lo que emprenda quiero que sea lo mejor posible. También va a salir el libro de recetas, que me hace mucha ilusión, es otro sueño cumplido.
¿Cómo ha resultado medirte con compañeros que en la última etapa ya son amigos?
Ha sido algo que hemos llevado muy bien y que ha trascendido la pantalla, la gente lo ha visto en su casa. Tuvimos una deportividad supersana, hemos sido amigos, hemos estado juntos en la habitación durante meses y cada noche nos quedábamos hablando de todo, ayudándonos los unos a los otros para estar lo mejor posible. Ha sido muy bonito vivir una competición tan fuerte y tan bestia desde la deportividad, el compañerismo y la amistad. Es un ejemplo haber podido enseñar eso, incluso en el duelo final. ¡Cómo se ha comportado Álex quedando segundo! Un ejemplo para toda la gente joven, que se puede competir de una manera sana.
Él ha dicho que te veía como su hermano o su padre.
Eso porque estaban las cámaras delante, luego me dice que parecía su abuelo (Risas). Ha sido muy bonita la relación. Yo siempre he estado muy pendiente de él. Al final es un chico muy joven. He intentado cuidarle todo lo posible para que estuviera bien estos tres meses sin sus padres. Y he recibido lo mismo de él. Es un chaval con un corazón enorme, es super cariñoso, sé que soy muy importante en su vida y él me ha cuidado lo mismo o más que yo. Le estaré eternamente agradecido.
La famiia es muy importante para ti. Uno de los platos de tu menú final se titulaba así, Familia. Y te has dejado llevar por la emotividad. Tú eres así, ¿no?
Yo soy muy emocional, demasiado a veces, pero creo que esa parte de sensibilidad que tengo muy desarrollada me ha ayudado también en la cocina, tal vez para ser más creativo y mostrar mis sentimientos a través de los platos. Hay muchos estereotipos de cómo nos tenemos que comportar, y más con los tíos, y yo no soy así. Si me toca llorar, me da igual si tengo que hablar de sentimientos, de mi mujer delante de toda España y decirle lo que siento. Creo que es algo bueno y que no se debería criticar. Hay que ser transparente y dejarte llevar por las emociones, no hay nada malo en ello.
En casa te habrán extrañado, claro está, y también tu cocina.
Creo que mi mujer ha estado sobreviviendo (Risas). Ella cocina muy bien, pero como los últimos años yo me había hecho con los fogones en casa, ahora estaba más desentrenada. Ha sobrevivido a base de las tortillas francesas y las sopas, y las nenas (Ona y Martina), encantadas, que también les gusta mucho. Cris se ha comportado como una campeona los meses que no he estado y ha tenido que hacerse cargo de todo.
¿Cuál es el plato que más gusta a tus mujeres?
El risotto al pesto, les vuelve locas y siempre me lo piden.
Vas a ser papá otra vez.
Sí, me viene ahora la tercera nena y por fechas puede ser en cualquier momento. Estoy más nervioso, porque me está viniendo todo a la vez: la final de 'MasterChef', el bebé, que tengo muchas ganas de tener en brazos a la nena y ya que sea el paso hacia delante de la familia, el futuro, la cocina y la familia ya de cinco.
¿Con qué jurado te quedas?
-Depende de para qué, porque los tres son superdiferentes. A nivel personal, si tengo que quedar a comer, a pasármelo bien, a beberme una botella de vino, me iría con Pepe seguro; para una reunión familiar, con Samantha, porque es muy familiar y como yo para eso, y para ir algún restaurante especial, para hablar de cocina, aprender y cocinar codo con codo, estaría con Jordi.
Prueba o plato del que te sientes más orgulloso.
Creo que el plato al que bauticé “Gracias”, cuando vinieron las familias. Tenía que replicar un plato que me había traído Cris, un plato catalán tradicional, el fricandó. Había que reinterpretarlo y meter técnica de vanguardia. Yo lo fusioné con los canelones. Me sentí muy orgulloso.
¿Quién te gustaría que probara uno de tus platos?
Preferiría que lo probara algún cocinero, porque después de haber vivido sus catas en el programa… Ahora tengo más ganas de conocer la opinión de los profesionales, como Dabiz Muñoz, que probara un plato y que me lo criticara.
Belén Alonso es experta en televisión. Empezó hace más de veinte años escribiendo de la tele lineal, sigue en ello y le ha añadido su pasión por las plataformas de streaming, con todas las posibilidades de series y programas que ofrecen HBO Max, Netflix o Amazon Prime Video.
La cultura es otra de sus pasiones, y de teatro, literatura o exposiciones en general ha tratado en estos últimos años. Todo sin dejar de hablar de los personajes del corazón, cuyas vidas dan para más de una novela, película, serie o representación.
Y puestos a hablar, tiene mucho que contar de nuestra Familia Real y demás familias reales, sobre todo europeas. ¿Otras especialidades además de la monarquía? Los temas de salud, estilo de vida, dinero…
Belén Alonso se licenció en la Universidad Complutense de Madrid y ha colaborado en varias agencias de comunicación antes de llegar a lo que ahora es Hearst España, donde ha trabajado en “Supertele”, “Teleprograma”, “¡Qué me dices!” y, por último, “Diez Minutos”, donde lleva más de cinco años.
