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La reina Letizia ha presidido, junto al rey Felipe VI, un año más, la recepción al cuerpo diplomático acreditado en España. Como era de esperar, todos los ojos estaban puestos en el look que ella escogería, y es que la monarca es toda una prescriptora de estilo dentro y fuera de nuestras fronteras. Sin embargo, esta vez, fiel a su gusto por reutilizar la ropa, tampoco ha estrenado look, sino que ha recuperado un vestido azul de lo más bonito y que ya creíamos olvidado, pues la última (y única) vez que se lo vimos puesto fue en la Pascua Militar del año 2022, en plena pandemia.
Se trata de uno de sus vestidos de corte más 'royal', con cuerpo abotonado y escote en 'V', manga larga y falda larga hasta los pies, y todo ello ajustado a la cintura con un cinturón a juego, una silueta de la que es muy fan y que prácticamente ha hecho suya. En esta ocasión, sin embargo, le ha querido dar un 'lavado de cara' al look: si en la Pascua Militar lo utilizaba con el pelo recogido y un bolero de pelo negro, esta vez ha optado por el pelo suelto para darle un toque un poco más desenfadado.
Sin embargo, y aunque el vestido le sienta como un guante, lo más llamativo de su look, sin duda, han sido las joyas, que también ha tenido que desempolvar, porque hacía años que no las lucía. Concretamente 20 años. Y hoy, Letizia ha sacado a relucir el collar de zafiros con pendientes a juego que recibió como regalo de don Juan Carlos y doña Sofía por el anuncio de su compromiso con el, por aquel entonces, príncipe Felipe. Fue en noviembre de 2003, pero ella, sin embargo, esperó a una ocasión muy especial para estrenar el conjunto, y la encontró el 21 de mayo de 2004, en la cena preboda que se celebró en El Pardo.
Las joyas tienen una bonita y larga historia, y es que datan de finales del siglo XIX. Las adquirió Alfonso XII para regalárselas a su primera mujer, la reina María de las Mercedes. Tras su prematura muerte en 1878, las alhajas tuvieron varias propietarias, aunque quien más las lució fue la condesa de Barcelona, la madre del rey Juan Carlos. Fue él quien las heredó, y cuando su hijo, Felipe, anunció su compromiso con Letizia, se las quiso regalar a su nuera.
