Después de contraer la COVID-19, el espectro de síntomas asociados a la recuperación es muy amplio. Hay personas que experimentan lo que se conoce como el síndrome de la fatiga post-viral. Un estado caracterizado sobre todo por una sensación general de cansancio, agotamiento o fatiga.
¿Qué es la fatiga? Por su definición es una falta de energía y de motivación. Es también la respuesta a un esfuerzo físico, al estrés y a la falta de sueño. En el caso de la COVID, la fatiga es además una respuesta normal del cuerpo a la infección provocada por el coronavirus.
Los expertos apuntan que después de superar un contagio, hay personas que notan una mejoría, se sienten con ganas de regresar a sus rutinas y retoman sus actividades deportivas, laborales, familiares y sociales. Sin embargo, hay otras personas que experimentan una fatiga post-COVID. Es importante regresar a la actividad diaria de forma progresiva y lenta, tanto en pacientes en los que la enfermedad ha cursado de forma leve, como en aquellos pacientes que han sido hospitalizados y tratados en UCI.
La práctica de una actividad física moderada y la meditación pueden ayudar a reducir los trastornos provocados por la pandemia. Según Robert Herráez, codirector de fitness de DiR: "Las personas con síndrome de fatiga post-viral y aquéllas que debido a la infección tienen dificultades para retomar sus actividades cotidianas deberían iniciar un programa de ejercicio físico de manera paulatina".
Para hacer frente al desánimo y al cansancio, el experto recomienda en general:
- Rutinas de ejercicio que mejoren el bienestar, ya sea dentro o fuera de casa, pero sin obsesionarse.
- Ejercicio aeróbico para mejorar la salud cardiorrespiratoria y ejercicios de fuerza para mejorar la musculatura.
- Practicar actividades físicas que sean gratificantes.
La meditación: una ayuda para motivarse y levantar el ánimo
El experto Robert Herráez aconseja practicar una actividad física que nos motive dependiendo de la forma física en la que nos encontremos. Hacer ejercicio en el exterior para favorecer la absorción de vitamina D. Mantener técnicas de relajación y respiración a través del yoga. Establecer una conexión entre la actividad física y el bienestar emocional en estos momentos en los que nos encontramos en alerta continua.
Una buena alimentación te dará más energía
Te ayudará mantener una dieta saludable, con alimentos ricos en vitamina B (nueces, legumbres, arroz integral, trigo integral); vitamina C (cítricos, kiwis, pimientos); zinc (espárragos, lentejas); Omega-3 (semillas de lino, nueces); magnesio (frutos secos, semillas de calabaza, quinoa, legumbres); triptófano (queso fresco, plátano, almendras). Evita: harina refinada, grasas saturadas, grasas hidrogenadas, cafeína, alcohol, tabaco.