Más que socios; ‘Servir y proteger’

Quintero continúa avanzando en su venganza por la muerte de su hija, la inspectora Alicia Ocaña. Una mañana irrumpe en la mensajería y tiene un careo con sus propietarios. “No voy
a parar hasta que me digáis dónde se esconde Vlado Khan”, asegura antes de marcharse.

Eva lo sigue hasta su bar y en el interior inicia una conversación con él que termina con la firma de una alianza. “Te ayudaré a encontrar a ese criminal si tú me dejas libre la ruta del sur para vender mis armas”, propone la mujer. Fernando accede inmediatamente.

Por otro lado, Mateo afronta sus primeros días en la cárcel, acusado del asesinato de Malena. Paula no soporta ver a su padre entre rejas, pero sabe que es lo justo. Verónica decide dejar por el momento su trabajo en Barcelona para estar junto a su hija: “Hiciste bien en denunciarlo, era tu deber como policía, pero entiendo lo duro que es”.

Luego, se presenta en prisión y tiene un fortísimo enfrentamiento con su exmarido. “Eres un vil delincuente, no sé cómo pude estar casada contigo durante tantos años. Estás donde te mereces, no lo dudes”, le dice al reo.

Cuca, una mujer mayor del barrio, traba relación en el centro cívico con un sacerdote llamado Ricardo. El hombre parece buena persona, pero la anciana duda de sus intenciones y así se lo hace saber a Paty y a Miguel.

Gracias a la intervención de la pareja, la señora se percata de que el cura intentaba estafarla y se resuelve a poner el caso en manos de la policía.

Cerca de allí, Ángel decide renunciar a su puesto de trabajo con los Velasco al descubrir que son traficantes de armas. Cuando se dirige a contárselo a su hermana, se topa por la calle con Iván.

Este se queda de piedra, pues lo reconoce como el chico que lo atropelló y lo dejó cojo.

Mientras, se incorpora a la comisaría un nuevo inspector, Carlos Okoye, quien está pasando una mala racha en su matrimonio con Inés