“Me voy a Asturias”; ‘Servir y proteger’

Aunque era reacio a tener un encuentro con él, finalmente Quintero se ve obligado a reunirse con Amancio, que se muestra muy claro. “Se acabó tu tiempo, quiero mi dinero”, exige el chantajista sin contemplaciones. Sin embargo, el empresario casi ni se inmuta pues, además, su cabeza está en otro asunto: la recaída de Hanna, con quien discute.

Tras su traumático paso por el calabozo y con su vida personal arruinada, Antonio cuenta a María que tiene intención de pedir un traslado: “Nada me une ya a Distrito Sur”. Cuando Claudia se entera se hunde pues, en el fondo, se siente culpable.

Mientras tanto, Eva sigue preparando un plan contra Amancio, pero en la comisaría se adelantan y lo citan a un interrogatorio. Uniendo piezas, Miralles tiene cada vez más claro que Quintero conoce perfectamente la relación entre Alexey Sokolov, Cristóbal Larrea y Vlado Khan. “Son un equipo, pero tenemos que conseguir pruebas”, asegura a Bremón.

Lidia se percata de la dura realidad por la que atraviesa Hanna y, después de una larga conversación con ella, se convierte en su sombra y evita que consuma. Al menos, la chica puede volver a trabajar en el pub: “Gracias, necesito alguien en quien confiar”.

Esa misma tarde, Antonio recibe la notificación de que existe una vacante en su tierra y se presenta en el bar. “Me voy a Asturias. Es el momento de empezar una nueva vida”, anuncia a la encargada.

Aunque está muy afectada, Claudia debe cumplir con su deber y más cuando Salgado le proporciona un nuevo hilo del que tirar en el denominado ‘caso del vigilante. “Ese delincuente toma un medicamento muy fuerte para las migrañas. Podemos averiguar en qué farmacias se ha vendido últimamente”, explica.

Quintero y Eva secuestran a Amancio Castillo y destruyen las fotografías que los incriminan en el asesinato de los hombres de Khan. Beatriz presenciará los movimientos de su hermana y ve uno que la deja muy impactada…