Vigila de cerca las manchas de tu piel

La melanina tiene la culpa de que nos salgan manchas. Será el dermatólogo el que decida qué se puede hacer con ellas y si hay que eliminarlas.

La melanina, ese pigmento de la piel que nos protege de las radiaciones, suele ser la causante de nuestras manchas. Especialmente de las que delatan la edad, que son un inevitable derrame de melanina que aparece con los años y se presenta como una peca un poco más grande. Suele surgir en zonas expuestas a la luz y al sol. Existen diferentes tipos de manchas.

Lunares. Técnicamente se llaman “nevus” y son una acumulación de melanina en un punto concreto. Se nace con ellos o van surgiendo a lo largo de los años. Casi todas las madres tienen uno como recuerdo de su embarazo. Pueden localizarse en cualquier sitio. Hay algunos, muy pocos, que pueden degenerar y transformarse en una lesión cancerosa. Hay que vigilarlos.
 

Pecas. Son las manchas más comunes. Técnicamente se llaman “efélides”. Aparecen durante la infancia. Poco a poco se van acentuando para llegar en la adolescencia a su punto máximo. Después, poco a poco van desapareciendo. Tienen un fuerte componente hereditario.

Cloasma. Es el oscurecimiento de la piel, muchas veces por la frente, que se produce en algunos embarazos. Aparece en los primeros meses de gestación y se va haciendo más visible. La causa es típicamente hormonal. El sol las oscurece más.

Vitíligo. Aparecen como unas manchas más claras en la piel. Son realmente zonas sin pigmentación.

Angioma y hemangioma. Se definen como un tumor benigno que se produce por dilatación de los vasos. Son esas manchas rojas que aparecen en la cara de algunas personas, o en la frente. Muy pocas veces es un problema serio y vital. Cada caso es distinto y el especialista decidirá la posibilidad de mejorar su presencia.

Teleangiectasias. Son manchas que se presentan como mínimos derrames, que suelen aparecer en cara y piernas. Son como pequeñísimas varices que popularmente se llaman “arañas”.

Cuperosis. Es la aparición de venillas rojas en las mejillas y la nariz.

Ojo a los cambios

Es importante vigilar nuestras manchas y lunares porque pueden degenerar en una lesión cancerosa. Debes ir al especialista si:

> cambio de color. El lunar se oscurece o aclara.
> aumento de tamaño. La mancha aumenta con rapidez.
> cambio de forma. Si se oscurece en los bordes, se hace irregular o adquiere relieve.
> sangrado. Se convierte en una ulceración sangrante sin haberse golpeado.
> Pica o duele. Si, de pronto, se sienten pinchazos.

La importancia del diagnóstico

Si estamos preocupados por nuestras manchas, hay que acudir al especialista. Será el dermatólogo el que decida qué puede hacer con ellas.

> manchas en cara y frente. Las que aparecen en cara, frente, manos, cuello y escote son las que más preocupan porque, aunque no tienen importancia clínica, sí pueden ser antiestéticas.
> el léntigo solar. Es como una peca grande que surge en frente, nariz, cabeza, cuello y manos. Sin duda, se debe a la exposición solar. No nos protegemos lo suficiente y olvidamos que la piel guarda memoria del sol.

Para poder eliminar una mancha, el primer paso es saber su tipo y causa. Luego, el especialista deberá decidir qué técnica aplicar.

> con geles y pomadas. Aplicadas superficialmente, van eliminado poco a poco la pigmentación. Suelen tener efectos exfoliantes. No es un tratamiento rápido.
> con peeling. Se realiza con cremas de una especial consistencia. Elimina la parte exterior de la piel. Luego requiere un tratamiento de hidratación.
> con láseR. Hay varios tipos, aunque el argón y el candela son los más frecuentes.

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