Cómo preparar una papilla de frutas para el bebé
En algún momento a partir de los 6 meses, el pediatra te aconsejará introducir la fruta en la dieta del bebé. ¿Cómo conseguir que la acepte bien? Sigue estos pasos.

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Después del periodo de lactancia, en el que el bebé se alimenta sólo de leche, llega un momento (entre los 4 y los 6 meses, según lo que te indique el pediatra) en el que se inicia la diversificación alimentaria. Empezarás añadiendo cereales sin gluten a la leche que suela tomar el niño y, una vez que se haya acostumbrado a este cambio, tendrás que habituarle a comer purés de frutas y de verduras. Puedes empezar con la verdura o con la fruta, es indiferente, aunque lo más habitual es comenzar por esta última, que es más dulce. Además, la Asociación Española de Pediatría explica que las frutas suponen un aporte nutricional y energético perfecto para el niño en esta etapa por su contenido en azúcares, fibras vegetales, vitaminas y otros antioxidantes.
Con cucharadas de zumo...
Muchos pediatras aconsejan empezar a introducir la fruta con cucharaditas de zumo de naranja o de mandarina, en vez de con purés. Estos zumos naturales deben estar recién exprimidos, ya que en unos minutos, debido a la oxidación por el contacto con el aire, se pierde la mayoría del contenido en vitamina C. Procura que la fruta esté dulce, porque si el zumo queda ácido es probable que el bebé lo rechace y a esta edad no debes añadir azúcar. Si de todos modos al principio le cuesta aceptarlo, comienza dándole dos cucharadas y ve incrementando la cantidad hasta que llegue a unos 50 ml al día. Y elige el momento adecuado: entre comidas o después de la siesta, aprovechando que se despertará con sed.
...o directamente con el puré de fruta
Si vas a empezar por este, debes utilizar frutas frescas e incorporarlas una a una para comprobar la tolerancia del bebé. Asegúrate durante tres o cuatro días de que las digiere bien antes de añadir otras nuevas, porque si le das varias a la vez y alguna le provoca alergia, no sabrás cuál es. No te preocupes si el primer día no quiere tomar mucha papilla, es algo lógico; prueba a darle unas cucharadas e increméntalas a lo largo de los días. Pero además de incorporar las diferentes frutas de forma paulatina, debes hacerlo siguiendo un orden concreto. Comienza por las que tengan sabores más suaves y dulces como la manzana y la pera, y sigue con el plátano y la naranja. Luego, a partir de los 6 o 7 meses, puedes agregar sandía, ciruelas, uvas, cerezas..., siempre con un intervalo entre ellas. Con el melón, el melocotón y el albaricoque, cuidado, a esta edad pueden provocar alergia. Más adelante, a los 18 meses, podrás empezar a darle las que hayas aplazado y, además, fresas, kiwi, frutas del bosque y frutas tropicales, aunque en determinados casos estas variedades no se recomiendan antes de los 2 años porque suelen ser más alergénicas.
Claves para acostumbrarle
Hay muchos bebés a los que les cuesta habituarse a comer purés de frutas. ¿Le ocurre al tuyo? Ten en cuenta que él está acostumbrado al sabor de la leche, ahora ya mezclada en ocasiones con cereales, y que el sabor de la fruta es un poco más ácido y su textura es diferente. Por eso, para ayudar a tu hijo resistente al cambio y evitar que coja manía a este grupo de alimentos, una buena idea es empezar añadiendo unas cucharadas del puré de frutas al biberón que le has preparado con sus cereales (primero calienta la leche y mezcla los cereales y añade la fruta después para evitar destruir las vitaminas, sobre todo la vitamina C). Poco a poco, ve incrementando la cantidad de fruta en esta mezcla y disminuyendo la de leche y cereales, hasta lograr que termine adaptándose a estos nuevos sabores y texuras. Otro detalle esencial: tu actitud al darle de comer. Muéstrate confiada y no te enfades si no quiere el puré de frutas; si te nota intranquila será más fácil que lo rechace.
¡No hay manera de que lo acepte!
¿Y qué sucede si, hagas lo que hagas, no hay manera de que tu hijo se tome el puré de fruta? Calma, existe solución. Piensa que los principales aportes nutricionales de este grupo de alimentos son la fibra y las vitaminas. La primera se puede obtener de la verdura, lo cual no significa que sea un sustitutivo de la fruta: prueba a darle las verduras mezcladas con fruta fresca en forma de zumo o en salsas (el zumo de zanahoria y naranja le encantará). En cuanto a las vitaminas, el aporte indispensable que contiene la fruta solamente se podría obtener a partir de suplementos o de alimentos enriquecidos, pero no se los des al niño por tu cuenta: consulta al pediatra qué hacer y sigue sus indicaciones.