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“Para mí, la familia es más importante que el mundo artístico. Pienso que es preferible un hogar feliz y estable que una vitrina llena de trofeos”. Pese a este claro orden de prioridades, ha logrado triunfar como actriz y no quedar en el olvido tras varios paréntesis profesionales.
Gabriela Rivero Abaroa vino al mundo el 15 de septiembre de 1964 en México D. F., donde creció junto a sus cuatro hermanas mayores: “Ellas me cuidaban porque mi mamá trabajaba mucho. Mis padres discutían bastante y me acostumbré a que mi papá se fuera de casa y regresara cuando mi madre lo perdonaba. Terminaron divorciándose”.
Siendo aún muy pequeña, con 9 años, le surgió su primer trabajo: “Un día empecé a imitar a las modelos que mi mamá estaba maquillando y me ofrecieron modelar”.
Pasado el tiempo, su tía la instó a presentarse al programa de baile Fiebre del sábado. “Me cogieron y ahí conocí al señor Azcárraga, que me invitó a representar a México en la competición de baile Estudio 54 de Nueva York. No pude porque era menor, pero sí me ficharon para ser imagen del Canal 2”.
Este proyecto, que duró tres años y medio, dio un giro radical a su vida, tanto a nivel profesional como personal: “Empecé a crecer rápido y a ser económicamente independiente. Pude pagarme el colegio, mi fiesta de 15 años y logré que mi mamá dejara de trabajar”.
Después de participar en su siguiente proyecto, el concurso Xe-tú, asistió a clases de interpretación junto a Erika Buenfil y Victoria Ruffo. Enseguida le llegó su primera oportunidad como actriz en la telenovela El camino secreto y también su primer galardón, pues su trabajo la hizo merecedora del Premio TVyNovelas a la Mejor Actriz Revelación.
Tras este éxito, participó en Carrusel, novela que la dio a conocer también fuera de su país, Al filo de la muerte o Carrusel de las Américas, que grabó en 1992.
Al término de esta, se marchó a Boston para estudiar canto y baile: “A mi regreso grabé un disco infantil y presenté El show de Gaby”. Pero abandonó todo cuando conoció a Francisco Ricote, un fotógrafo venezolano al que llamaban Kiko.
“Mi hermana Laura me dijo un día que había conocido al hombre de mi vida. Cuando coincidí con él en una fiesta, comprobé que así era. Me gustó su madurez, su sentido del humor, su sabiduría…”, recuerda. Se casaron el 12 de junio de 1993.
Tras el enlace, se marchó a vivir a Miami, donde sigue residiendo. “Yo estaba sin trabajo y Kiko también perdió su empleo. Así que nos marchamos a Estados Unidos donde tuvimos que empezar desde cero. Me resultó duro y echaba mucho de menos mi país, pero fue una decisión acertada”.
Lee la biografía completa en la revista Telenovela.
Su marido, Francisco Ricote, y sus tres hijas,
Gala, Lara y Maya, son las personas más importantes en
su vida, por eso, todo su tiempo libre se lo dedica a ellos.
En 2013 participó en este reality y, aunque empezó con buen pie, acabó protagonizando el mayor escándalo de su vida: le rayó el coche al directivo del canal.
Además, hizo el monólogo Cuarto 11, piso 3 y Las quiero a las dos, junto a Scarlet Ortiz y José Luis Santander.
Ha actuado en El carrusel mágico, El mago de Oz, Don Juan Tenorio o Made in México, que supuso su regreso a las tablas
tras 20 años.
Trabajo en la gran pantalla
En 1994 rodó Una maestra con ángel, su primera y única película.
En 1992 presentó El club de Gaby, un programa infantil que tuvo un gran éxito y del que surgieron un espectáculo en vivo y dos discos: Al rescate e Imaginación.
Cambio de planes. A punto de terminar las grabaciones y regresar a Miami, la productora decidió alargar la novela como consecuencia del gran éxito de audiencia que estaba teniendo. “Ahora mi personaje, Carlota, quiere casarse con Ezequiel Basurto, un policía corrupto y asesino por el que se siente muy atraída”.
Dato. Las grabaciones tuvieron lugar en México durante 2007.
Su papel. Da vida a Fortunata, una mujer soltera que tiene fama de chismosa entre sus vecinas.
Debut. “Teresa fue el primer antagonista que hacía y supuso un reto. Me oscurecí el pelo y vestí ropa algo agresiva, pues es una mujer mala y superficial que solo piensa en el dinero y las joyas. Su ambición la lleva a hacer cosas terribles”.
Año. Se grabó en 1997 en México.
Lo más duro. “Fue la primera vez que me separé de mi familia y mis hijas. Estuve diez meses en mi país y, aunque no fue fácil, me ayudó a valorar más lo que tenía”.
Su personaje. Da vida a Jimena, una dulce maestra que educa a sus alumnos con ternura y amor.
Agradecida. “Fue increíble. Gracias a esta novela traspasé fronteras. Además, me sirvió para otros aspectos de mi vida, pues tuve que hacer cursos de psicología infantil que luego me sirvieron para educar a mis hijas”.
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