Sigue los pasos que te indicamos a continuación y no tendrás dudas a la hora de preparar las papillas de fruta para tu hijo. Si al principio le cuesta aceptarlas, empieza dándole dos cucharadas, cuatro al día siguiente... Poco a poco se acostumbrará al nuevo alimento.
Primer día (Puré solo con manzana): Puedes utilizar 80 g de manzana y 60 ml de leche materna o de fórmula. Lava la fruta, sécala, pélala y quítale el corazón y las semillas. Ponla en el vaso de la batidora, añade la leche templada y tritúralo todo hasta obtener un puré fino. Si ves que queda muy espeso, añade algo más de leche. Completa esta “comida” dándole el pecho o el biberón de leche.
Cuarto día (Puré con manzana y pera): Puedes poner 50 g de manzana y 50 g de pera. Lava, seca y pela las frutas, quita el corazón y las semillas, córtalas en trozos, echa en la batidora junto con 60 ml de leche templada y tritúralo todo.
Séptimo día (Con manzana, pera y plátano): Puedes añadir 30 g de plátano. Pélalo, quita las hebras y también la parte central oscura, que contiene mucha fibra y puede ser indigesta para el niño, y tritúralo junto a 50 g de manzana, 50 g de pera y 60-90 ml de leche templada. Durante la primera semana o en los primeros 15 días hay que ir aumentando el volumen de la papilla hasta llegar a los 250 ml, aproximadamente.
Décimo día (Naranja o su zumo, opcional): Si ya se ha acostumbrado al zumo de naranja, puedes echar unos 50 ml al puré de frutas, pero no pongas leche. Cuando haya aceptado bien esta papilla puedes sustituir el zumo por media naranja: pélala, elimina la piel interior blanca, añádela al resto de las frutas y tritúralo todo bien para que no se note la fibra de la naranja. Con el tiempo, si ves que se termina todo el puré, puedes añadir la naranja entera.