En lo alto del verano suele brincar siempre la pregunta incómoda: "¿Tienen derecho los Reyes a vacaciones privadas?" La pregunta es incómoda para el peatón que somos, y también para los propios Reyes. Uno entiende que todo mortal requiere de unos días de asueto, porque el ocio es la salud del negocio, incluidos los Reyes. Pero resulta que los Reyes militan en el oficio público a tiempo completo, durante veinticuatro horas, durante todo el año. Quiero decir que no se deja de ser Rey cuando uno va y se pone el bañador. Ni tampoco Reina, claro. Y esto nos lleva a deducir que los Reyes tienen derecho a vacaciones, pero no vacaciones privadas, que es como decir vacaciones secretas.
Comprendemos que en unas vacaciones no ocultas se incluya la vida privada que proceda, como el resto del año, pero de otra manera, obviamente. En síntesis, lo que venimos a decir es que un Rey, o una Reina, no puede 'desaparecer', porque en ello va su seguridad, y de algún modo también la nuestra, entre otras cosas. La corona se lleva siempre, aunque no se lleve.