Mónaco ha acogido estos días el evento deportivo más importante del principado, la 77 edición de su Gp de Fórmula 1. La mayoría de las miradas estaban puestas en las calles de la ciudad, convertida en pista de carreras, donde Lewis Hamilton, Valtteri Bottas y Sebastian Vettel, entre otros pilotos, se disputaban en el primer puesto, que acabó con la victoria del primero, pero tampoco pasó desapercibida la presencia de Alberto de Mónaco y su mujer, Charlene de Mónaco, en el palco del 'circuito'.
Con permiso de los pilotos, la ex nadadora sudáfricana acaparó un gran número de flashes. Charlene optó por un conjunto que recordaba, y mucho, a uno de los últimos looks de la reina Letizia.
La mujer de Alberto de Mónaco optó por un conjunto de una de sus firma favoritas, Akris, compuesto por una túnica de largo asimétrico realizado en seda crepé, cuello mao, sin mangas y abertura en la espalda. Una pieza bicolor en rosa y negro que combinaba a la perfección con el color de sus pantalones y con un corte igual al que lució la reina Letizia durante su viaje a Argentina, de Zara.
Charlene ha compartido palco con su marido y los hijos de su cuñada Carolina de Mónaco, Andrea y Pierre Casiraghi.
Desde su llegada al Principado, la ex nadadora está muy involucrada en el Gran Premio de Fórmula 1. Una de las actividades en la que ha participado en esta edición ha sido la presentación de un cártel con su imagen en el que se podía leer en inglés 'Cuidado con los peatones', una campaña para evitar accidentes y que se preste mayor atención a los peatones.
Horas después de la carrera, el príncipe Alberto de Mónaco presidió una cena de gala junto a su esposa, celebrada en el Monte Carlo Sporting Club, en la que Charle volvió ocupar todo el protagonismo con un elegante vestido de seda con cuello halter en color rojo, el color favorito de la reina Letizia (tanto le gusta que en 2018 lo llevó en más de diez ocasiones).