Cada vez comemos más rápido, más cantidad y con más ansiedad, lo que se traduce en digestiones pesadas, gases, dolor de estómago y acidez, entre otros problemas digestivos. Prevenir esas molestias es posible siguiendo unas sencillas pautas:
•Mantén un horario regular, sin saltarte comidas y haciéndolas siempre a las mismas horas.
•Dedícate un tiempo para comer, nunca de pie, y masticando y bebiendo despacio.
•Evita la comida demasiado grasa o condimentada, el alcohol, el tabaco y el café.
•Haz cinco comidas al día en pequeñas porciones y descansa entre plato y plato.
•Reposa tras la comida, pero no te tumbes nada más terminar.
•No piques entre horas, no le da tiempo a descansar al estómago.
•No realices ejercicios bruscos tras las comidas.
•No abuses del chicle, produce un aumento de los jugos gástricos y puede dañar el estómago vacío.
•Toma los medicamentos con el estómago lleno y no abuses de antiácidos.
•Consume alimentos fáciles de digerir como pescado o carne blanca.
•Apuesta por infusiones digestivas, yogur (con bacterias que ayudan a reequilibrar la flora de intestino) y postres como la piña o papaya.
•Guíate por tus sentidos, si notas que algo no está sentándote bien, deja de tomarlo.
•No bebas mucho durante las comidas ya que los jugos gástricos se diluyen y la digestión se retrasa.