Empacho en niños: cómo puedes actuar si tu hijo ha comido demasiado y no se encuentra bien
Si tu hijo está pálido, se queja de dolor de tripa y no quiere tomar nada, es muy probable que tenga un empacho. Te contamos cómo puedes ayudarle a ponerse bien.

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El empacho en niños es una de las indisposiciones digestivas más frecuentes en los más pequeños. Estas suelen producirse cuando los menores comen demasiado, algo que suele ocurrir en celebraciones familiares, cumpleaños infantiles o por haber abusado de una comida pesada. También puede ocurrir porque el pequeño haya comido demasiado rápido y su estómago no asimile la cantidad de alimento ingerida. El empacho también puede darse en lactantes cuando toman demasiada leche, uno de los problemas habituales en la lactancia.
¿Cómo saber si un niño ha podido sufrir un empacho? El dolor de tripa es uno de los síntomas más frecuentes pero no es el único. La palidez facial y el rechazo total hacia la comida son signos evidentes de esta dolencia digestiva que también puede estar acompañada por vómitos y diarrea. Si esto le ocurre a tu pequeño, mantén la calma porque ambos le ayudarán a aliviar la presión y la pesadez que siente en su estómago por el empacho. Si hay vómitos y diarrea, debes evitar que el niño se deshidrate ofreciéndole abundantes líquidos. Además, también puede aparecer dolor de cabeza (Echa un vistazo a nuestro artículo "Los dolores de cabeza en los niños: causas y remedios"). Recuerda optar por recetas ligeras y saludables para la cena.
No existe un tratamiento médico contra el empacho y solo podrás aliviar sus síntomas gracias a estos consejos. El niño debe estar lo más tranquilo posible y bien hidratado por lo que no dudes en ofrecerle agua que deberá tomar, a sorbitos, cada 10 minutos. Un baño de agua caliente y un masaje en el estómago también le puede ayudar. Los episodios de empacho se suelen resolver, solos, en un plazo máximo de 12-15 horas. Si el bebé es menor de un año, acude al pediatra. Si tiene hambre, ofrécele productos como zanahoria rallada, arroz hervido o manzana. Debe tomarlos despacio y en pequeñas cantidades. Si los tolera bien, ya podrías pasar a otros alimentos más 'pesados' como una tortilla francesa o pollo a la plancha. También te recomendamos 10 recetas fáciles con calabacín.
Cómo evitar empachos en los niños
Los empachos, aunque no son graves, son más habituales de lo que parece y, para evitarlos, toma buena nota de lo que puedes hacer. No dejes comida al alcance de los niños, la 'barra libre' puede favorecer estos problemas digestivos. No deben abusar de bebidas gaseosas o alimentos dulces y enséñale a comer despacio y masticando bien los alimentos. Si es muy 'glotón', intenta servirle raciones más pequeñas y, si quiere picar entre horas, ofrécele alimentos sanos como frutas o verduras y así no tendrá tanta hambre ante las comidas principales. En cumpleaños y fiestas familiares, vigílale de cerca para que no abuse de las raciones.
Un ambiente relajado para comer
Para evitar empachos en los niños también es muy importante que coman en un ambiente relajado, para que puedan ser conscientes de su hambre y de la sensación de saciedad.
Es fundamental que los niños no coman frente a pantallas ni viendo la tele, porque eso puede hacer que coman de manera inconsciente más comida de la necesaria y se puedan empachar. Los alimentos muy grasos y las frituras no son nada recomendables para los niños y provocan muchos empachos.
Otro aspecto muy importante es no forzar al niño ni obligarle con la comida, ya que eso puede hacer que le siente mal y que cree una relación poco saludable con la alimentación.
Ojo con los dulces
Cuando de niños se trata, hay que tener especial cuidado con las chucherías, los dulces, los pasteles, el chocolate y, en Navidad, con el turrón. Son muy atractivos para la mayoría de los niños y están detrás de muchos empachos infantiles.
Gracias a todos estos consejos, podrás ayudar a los niños a sentirse mejor frente a un empacho.