Hay que tener en cuenta que el verano supone ciertos riesgos para un bebé, puesto que su piel es mucho más sensible al sol y a las altas temperaturas, también le afectan los cambios de horarios y de rutinas, al igual que las corrientes de aire, ventiladores y, sobre todo, el aire acondicionado. Vamos a repasar todo lo que debes saber sobre el cuidado y alimentación de los bebés y algunas de las prácticas principales que se deben evitar en el primer verano del bebé.

Ir a la playa a cualquier hora

El bebé puede ir a la playa, pero ojo, porque los expertos recomiendan no llevarle antes de que cumpla los 6 meses. Tal y como explica Lucía Galán en su blog, más conocida como Lucía, mi pediatra: “Habitualmente no recomendamos ir a la playa a los bebés menores de 6 meses, salvo a última hora del día a dar un paseo antes de la cena o a primera hora siempre antes de las 11 de la mañana. Los niños pequeños, especialmente los lactantes, son muy sensibles a la radiación solar. Se queman con facilidad y corren riesgo de deshidratarse. Además, aunque estén bajo la sombrilla, la radiación se refleja hasta en un 30% y pueden quemarse con facilidad”.

También hay que tener especial cuidado con el horario que elegimos para llevar al pequeño a la playa, evitando las horas centrales del día (11-18h) en las que la radiación solar es mayor y hace más calor.

No utilizar el protector solar adecuado

Otro factor muy importante es la crema de protección solar, en este aspecto se debe tener en cuenta, tal y como explica Lucía, mi pediatra, lo siguiente:

  • A los bebés menores de 6 meses no se les debe poner ninguna crema solar, de hecho, se debe evitar la exposición solar de forma prolongada.
  • Entre los 6 meses y los 2-3 años, especialmente en los menores de un año optaremos por los filtros físicos/minerales. Estos reflejan la radiación en la piel (sobre la crema) sin penetrar en ella, los rayos rebotan. Suelen ser cremas mucho más espesas y menos resistentes al agua, por lo que hay que repetir más su aplicación.
  • En mayores de 3 años se deben utilizar filtros químicos. Deben tener una protección igual o mayor a 30, preferiblemente 50 y ser infantiles. Actúan 20 minutos después de su aplicación y es mejor elegir los que son resistentes al agua.

Es fundamental asegurarse de que en el envase del protector solar indique que es de amplio espectro, es decir, que protege frente a rayos UVA y UVB.

Puedes coger ideas sobre algunos de los más adecuados en nuestro artículo "Protectores solares para bebés y niños: ¿cuáles comprar?".

Elegir mal la vestimenta del peque

Hay que tener en cuenta que según la Asociación Española de Pediatría (AEP) los bebés menores de un año son el colectivo con mayor riesgo de padecer golpes de calor, junto a las personas mayores y los enfermos crónicos, por eso, prestar atención a la ropa para bebés que se elige también es importante.

La ropa del bebé en verano debe ser fresca, ligera, holgada y transpirable: los tejidos de algodón y los colores claros son más apropiados. Además, también es fundamental proteger la cabecita del bebé con un sombrerito.

No ofrecer agua al bebé o descuidar su hidratación

No hay que esperar a que los niños pidan agua para dársela. Es importante ofrecérsela de manera frecuente cuando suben las temperaturas. Eso sí, en el caso de bebés menores de 6 meses NO. A los lactantes de menos de 6 meses no se les da agua (el agua solo está indicada cuando se introduce la alimentación complementaria a partir de los 6 meses), lo que toman es leche. Con el calor, los bebés aumentarán la demanda de pecho o biberón y es importante ofrecérselos con frecuencia para evitar el riesgo de deshidratación.

Te recomendamos echar un vistazo también a nuestro artículo "Los 10 mejores biberones para el bebé: buenos y seguros".

Dejar al bebé solo en el coche

Ni un par de minutos ni un momentito: nunca se debe dejar a un bebé solo dentro del coche. Esto parece obvio, pero cada año tenemos que lamentar fallecimientos de bebés por olvido en el coche. Los pediatras también aconsejan planificar los horarios y duración de los viajes teniendo en cuenta sus necesidades. Te recomendamos echar un vistazo a nuestro artículo "10 básicos imprescindibles para viajar con los bebés".

Según un estudio publicado por el Real Automóvil Club de España (RACE), en el que se calcula la temperatura interior de un vehículo en tres situaciones distintas: con el coche totalmente cerrado, con una ventanilla abierta 5 cm, con dos ventanillas abiertas 5 cm, se concluye que en solo 30 minutos, el interior de un coche alcanza el doble de la temperatura que hay en el exterior, pasando de 27 °C a 50 °C. Al cabo de casi dos horas la temperatura en el interior del vehículo se sitúa por encima de los 60 °C. Con dos ventanillas abiertas se siguen manteniendo altas temperaturas, que superan los 50 °C dentro del vehículo.

Dejar al bebé solo en el agua

Ni en la playa, ni en la piscina, ni en la bañera. Los accidentes ocurren en cuestión de segundos, por eso, no se debe dejar nunca a un bebé sin supervisión en el agua y sin estar un adulto junto a él todo el tiempo. La Asociación Española de Pediatría (AEP) recuerda que “dos centímetros de agua en el fondo de un cubo, bañera, piscina portátil, etcétera y menos de dos minutos son suficiente para que un bebé pueda ahogarse”.

También es importante saber que lo recomendable es que el primer baño del bebé, ya sea en la piscina o en el mar, sea a partir de los seis meses de edad. Puedes echar un vistazo a nuestro artículo "Cómo bañar al bebé: lo que debes hacer y lo que no".

Poner al bebé bajo el aire acondicionado

Es cierto, hace mucho calor, pero poner al bebé bajo el aire acondicionado no es buena opción. Lo recomendable es buscar una temperatura adecuada (22-24 grados), evitar el flujo de aire directo y no ponerlo mientras el bebé duerme: es mejor refrescar la habitación o la estancia antes de que esté el bebé en ella.

Otra recomendación importante es limpiar cada año el filtro del aire acondicionado o seguir las indicaciones del fabricante. Además, es importante comprobar que la humedad relativa no baja del 30%.

Cambiar mucho sus rutinas y horarios

En verano y durante las vacaciones todos solemos cambiar en cierta medida las rutinas y hábitos, pero hay que tener en cuenta que un bebé necesita cierto orden: en la medida de lo posible hay que favorecer que el niño mantenga sus horarios en las tomas, en el sueño y la siesta y es importante llevar de vacaciones sus juguetes habituales, juguetes acuáticos, su cunita, su peluche, etc.

Seguramente cuando nosotros también estemos de vacaciones podamos ser más flexibles con los horarios, teniendo en cuenta las necesidades del bebé, pero, por ejemplo, salir a pasear por la tarde en verano es más agradable más tarde, por eso, es buena idea ir, poco a poco, alargando un poco las jornadas, pero con calma y respetando sus ritmos.

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Proteger la cabecita del bebé del sol en verano es fundamental. Este sombrerito de algodón es ideal para los peques.

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Los ojos del bebé también deben ir bien protegidos de las radiaciones solares en verano. Hay que fijarse en que estén homologadas y sean seguras.

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Un buen protector solar es fundamental. A los bebés menores de 6 meses no se les debe poner ninguna crema solar, entre los 6 meses y los 2-3 años optaremos por los filtros físicos/minerales y en mayores de 3 años se deben utilizar filtros químicos.

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Ideal para proteger la piel del bebé del sol y de las inclemencias del verano.

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La ropita de verano del bebé debe ser fresca y ligera. el algodón es uno de los mejores materiales.

Headshot of Cristina Cantudo

Periodista especializada en parenting y familia, educación y salud. También tengo un largo recorrido y disfruto escribiendo sobre belleza y moda femenina.


Me encanta comunicar, contar historias e informar, por eso me decanté por el periodismo, pero también porque disfruto aprendiendo cada día.  


Me licencié en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y compaginé después mi faceta profesional con el estudio de un máster especializado en periodismo multimedia. Desde entonces he pasado por diversos medios, seguí formándome y amplié mi pasión por el mundo online estando al frente de las webs de revistas como Ser Padres y Mía, entre otras. 


Soy amante de la lectura, la poesía, me encanta viajar, descubrir y, sobre todo, disfruto si mis artículos ayudan a los lectores a solucionar dudas y a hacer su día a día un poquito más ameno y fácil.