No todos los bebés son iguales para dormir, eso lo sabemos bien, pero lo cierto es que los problemas de sueño del bebé son uno de los temas que más quebraderos de cabeza provocan a los padres y madres, sobre todo si son primerizos.

Son muchas las familias que llegan angustiadas al pediatra buscando trucos para dormir al bebé rápidos y efectivos, pero hay que dejar claro que no existen las fórmulas mágicas y que todo lleva su proceso.

Uno de los recursos más populares para dormir al bebé es el ruido blanco, pero hay que ser conscientes de que recurrir siempre a él para dormir al bebé tampoco es la mejor idea.

Claves para un buen descanso infantil

Para favorecer un buen descanso infantil, hay que tener claro que los niños necesitan entender lo que va a pasar y familiarizarse con el proceso de dormir: "Los niños necesitan un marco en el que entiendan lo que va a pasar y que sus expectativas cuadren con lo que va a ocurrir para que la desregulación sea la menor posible, de esta forma es más fácil que el descanso se pueda iniciar en buenas condiciones y, en consecuencia, que la noche sea más tranquila. Lo que buscamos es que el niño esté calmado y esa regulación va a llegar, según la edad, de diferentes maneras. Empezará por un contacto muy estrecho con el cuidador, porque en las primeras semanas ese contacto asegura el cuidado efectivo y esta validación del cuidado efectivo posteriormente se va transformando. La alimentación va dando paso a un descanso más seguido y esa validación va ocurriendo cada vez en periodos de descanso más largos. Es decir, se va transformando de necesitar varias tomas de leche en la noche a necesitar solo que estemos cerquita o, posteriormente, cuando van creciendo más, un cuento o ir a darles agua cuando la necesitan o una manta...al final la clave es conseguir la regulación de ese peque para que el descaso pueda ocurrir en buenas circunstancias", explica Sara Traver, asesora de sueño, de lactancia y de alimentación y baby-led weaning, además de fundadora de Natural Wean, servicio de asesoramiento de la maternidad.

Pautas para una buena rutina de sueño

La rutina de sueño también se va transformando a medida que crecen y tiene que pasar a formar parte de la estructura familiar: "Una rutina de sueño puede empezar a implantarse en la estructura de descanso de la familia a partir de los 3, 4 o 5 meses aproximadamente, cuando el peque va teniendo clara la diferenciación entre el día y la noche", aclara la experta.

Otra de las dudas más frecuentes entre las familias es cuánto tiempo hay que dedicarle a esa rutina de sueño: "Tendrá una duración aproximada de entre 10-20 minutos, más cortita cuando son bebés y un poco más larga cuando van siendo mayores y necesitan más preparación para el descanso. Se va alargando hasta aproximadamente los 2 o 3 años, que sería el momento en el que tiene la duración más larga y en el que se hace aún más importante ese momento de conexión final del día", explica Traver.

Pero, ¿y cómo se favorece esa rutina o ese momento de relajación? "Lo que buscamos son actividades que no solo relajen al peque, (muchas veces pensamos que son el masaje infantil, el baño, etc. que son actividades que ocurren antes de dormir, pero no pertenecen a lo que llamamos rutina de sueño). La rutina de sueño tienen que ser unas actividades más o menos repetitivas, todos los días, independientemente de quién las haga, y que sean a puerta cerrada, solo con la persona que va a acompañar al bebé a dormir. Cuando son muy bebés, es ideal algo de música de fondo, tener al bebé en brazos simulando un poco de baile o balanceo con él. Cuando van siendo más mayores podemos incorporar libros de texturas, libros de ventanas, posteriormente historias de las que repiten acciones sobre el mismo personaje y que a los peques de 18-24 meses les gustan mucho hasta ir alcanzando ya historias más completas cuando van creciendo o incluso pequeños libros por capítulos. En definitiva, la rutina se va volviendo más compleja a medida que crecen y cuanto más mayores más necesidad de estructura y más marco para que sepan qué va a ocurrir y de entender que llega el momento de ir a dormir", recomienda la asesora de sueño.

Te recomendamos echar un vistazo también a nuestro artículo "Los mejores cuentos infantiles para dormir a tus hijos".

Consejos y trucos para dormir a un bebé

Cuando los padres y madres acuden a consulta preocupados y buscando soluciones para que su bebé duerma mejor y, por consiguiente, ellos también puedan descansar mejor, lo que primero demandan son trucos o consejos para dormir al bebé. En este sentido hay que recalcar que los niños necesitan soporte durante toda la primera infancia para que el sueño ocurra en circunstancias óptimas. "Lo primero que debemos tener en cuenta es que ese peque va a necesitar soporte y, en los primeros meses, ese soporte se va a realizar mediante un contacto físico sin restricciones. Hay que quitarse de la cabeza que el dormirles en brazos es algo incorrecto o que tienen que conquistar el dormirse en cuna en no se qué momento. Tenemos que bajar nuestras expectativas sobre qué es lo esperable de esa supuesta autonomía de cara a la hora de dormir", advierte la experta.

Teniendo en cuenta lo anterior, sí hay recomendaciones que pueden ser muy prácticas: "Lo que más nos puede ayudar desde el primer momento es trabajar nuestra flexibilidad y la del peque para dormir. Trabajar que se pueda dormir succionando la teta o en brazos, trabajar que se pueda dormir con mamá o con papá, que podamos practicar hacer la siesta en mochila o en carrito...Todo lo que nosotros trabajemos esa flexibilidad y no nos veamos anclados a una sola forma de regulación de estos apoyos del sueño va a hacer que las dinámicas de la familia sean más fáciles porque los apoyos son imprescindibles para ese peque y, si tenemos un catálogo más amplio de recursos, será más fácil", aconseja Traver.

¿Y para bebés muy pequeños? "Para bebés muy pequeños yo recomiendo siempre preparar el colecho porque es la fórmula en la que mejor van a dormir, por lo menos, como mínimo, el primer año de vida, e ir trabajando esa autonomía, por ejemplo tumbándonos al lado de ese colecho, poniéndolos encima del pecho, poniéndonos al lado...trabajar esa autonomía leve desde la cercanía absoluta", recomienda la fundadora de Natural Wean.

Si es el primer bebé, recomendamos echar un vistazo a nuestro artículo "¿Primer bebé? Los productos que necesitas para el recién nacido".

Qué no se debe hacer para dormir a un bebé

Otra de las dudas que más se plantean los padres es si están haciendo algo mal que pueda estar perjudicando el descanso de su bebé. Cada familia tiene sus fórmulas, sus truquillos y hábitos y deben adaptarse a los ciclos y la forma de ser del peque, pero sí es cierto que hay algunas prácticas o conductas que se deben evitar: "Lo que se debe evitar hacer es ponernos tiempos o expectativas sobre cómo se va a dar la noche, ya que esto hace que se entre en bucles de nerviosismo o ansiedad. Puede que el niño se duerma normalmente en 15 minutos o que no se despierte casi por la noche, pero un día concreto se despierte un montón de veces y no significa que estemos haciendo algo mal. El sueño infantil, durante los primeros años de vida, tiene ese patrón errático y de modificación constante, tanto el sueño nocturno como el diurno. Lo ideal es ir siempre sin expectativas y acompañando ese sueño con fórmulas que se puedan mantener a lo largo del tiempo, por ejemplo, si hacemos siempre la siesta con la teta, debemos buscar fórmulas que nos permitan hacer siempre esas siestas con teta. Hay que tener un plan B que nos permita garantizar esas fórmulas porque no podemos esperar que el peque vaya a responder siempre acorde a los esquemas que tenemos en nuestra cabeza", asegura la experta.

¿Cuáles son los errores que más se cometen y que dificultan el sueño del bebé?

Esta es otra de las grandes preguntas que se hacen muchas mamás y papás. El objetivo es averiguar si se está haciendo algo que hace que el peque duerma mal, pero ahí está el principal error, porque que el bebé se despierte mucho no significa que no esté descansando: "Hay una creencia incorrecta sobre que los niños duermen mal o que los peques que se despiertan mucho duermen mal. No digo que no haya niños que tengan dificultades en su descanso, pero lo cierto es que son los menos. Normalmente las dificultades son del adulto. Para que un bebé tenga una vida saludable es necesario que sus cuidadores principales, particularmente su cuidador primario que suele ser la madre, tengan un cuidado propio mínimo (alimentación razonable, descanso saludable y socialización suficiente), lo que quiero decir es que el hecho de que los niños tengan un sueño fraccionado y se despierten, por ejemplo, una vez a la hora para mamar, no significa que ese peque no esté durmiendo. Los niños tienen un sueño muy fraccionado. La dificultad está en el adulto porque sus ciclos de sueño son más largos y los despertares del bebé suponen una fracción constante de ese sueño que no permiten que hagamos el ciclo completo y es muy difícil mantener una vida medianamente razonable cuando uno no tiene ni un mínimo de descanso".

Por eso, Sara Traver sostiene que lo más importante es observar al día siguiente el estado del niño, si está quejicoso, irritable, si parece que tiene constantemente sueño...esto sí nos daría pistas para saber que el sueño no está siendo suficiente, pero, si a pesar del sueño fraccionado, al día siguiente vemos a un bebé feliz, probablemente el sueño esté siendo el correcto, solo que en unas condiciones que no son sostenibles a largo plazo para el adulto y es en eso en lo que se debe trabajar y buscar asesoramiento por parte de expertos.

Recomendamos echar un vistazo a nuestro artículo "Mi bebé tiene problemas para dormir: cómo solucionarlo".

Elementos de ayuda para dormir a un bebé

La temperatura de la habitación, problemas de ruido en el ambiente para dormir al peque, objetos de apego para que el niño duerma mejor...son numerosos los elementos de ayuda a los que recurren muchas familias para tratar de ayudar a su bebé a conciliar el sueño, pero hay que tener cuidado y valorar qué elementos sí es necesario tener en cuenta y qué otros pueden acabar siendo un perjuicio: "No soy muy amiga de los objetos de apego en estos casos, creo que estos objetos de apego son algo que surge cuando son más mayorcitos y se vinculan de forma espontánea con algún peluche o juguete. Con los peluches o dudús que metemos en la cuna a bebés muy pequeñitos estamos forzando un vínculo que, en realidad, no necesita, porque con quien necesita crear vínculo el bebé es con el cuidador. El objeto de apego debe surgir de forma espontánea y, cuando surge, acompañarlo y aceptarlo, pero no meterlo con calzador", reflexiona Traver.

Hay otros factores que son importantes y deben ser valorados para favorecer el descanso infantil, como la temperatura: "La temperatura de la habitación en la que duerme el bebé debe ser agradable, tanto en invierno como en verano, la ropa del bebé para dormir debe ser preferiblemente de algodón y hay que evitar el uso de mantas, ya que el pelearnos porque no se destapen es habitual, pero que lo hagan es normal. Cuando haga fresco es mejor utilizar sobrepijamas, preferiblemente de los que dejan los pies fuera para que el peque tenga mayor movilidad y, en verano, ropa fresca de algodón y una fuente de refrigeración que no sea directa (los ventiladores de techo flojitos suelen ser una buena forma de refrescar la habitación)", aconseja la asesora de sueño.

En cuanto al ruido, la experta hace especial hincapié en el uso que se hace del ruido blanco: "Es importante que el ruido blanco, tan utilizado para dormir a niños, no se convierta en algo que pongamos cada vez que el peque se despierta, ya que no va a suponer una gran diferencia en los despertares, pero puede llegar a generar una necesidad. No va a suponer una mejoría y sí puede suponer un empeoramiento. El ruido blanco nos puede ayudar en un momento dado, por ejemplo, cuando las siestas son muy cortitas, puede ayudar a sostener un poco mejor el sueño diurno, también puede ser de ayuda si en las siestas tenemos una casa en la que hay mucho ruido, por ejemplo, pero no debería utilizarse como método para sostener el sueño ni mantenerlo toda la noche".

Headshot of Cristina Cantudo

Periodista especializada en parenting y familia, educación y salud. También tengo un largo recorrido y disfruto escribiendo sobre belleza y moda femenina.


Me encanta comunicar, contar historias e informar, por eso me decanté por el periodismo, pero también porque disfruto aprendiendo cada día.  


Me licencié en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y compaginé después mi faceta profesional con el estudio de un máster especializado en periodismo multimedia. Desde entonces he pasado por diversos medios, seguí formándome y amplié mi pasión por el mundo online estando al frente de las webs de revistas como Ser Padres y Mía, entre otras. 


Soy amante de la lectura, la poesía, me encanta viajar, descubrir y, sobre todo, disfruto si mis artículos ayudan a los lectores a solucionar dudas y a hacer su día a día un poquito más ameno y fácil.