Qué hacer si al niño si sólo le ha salido el chichón...
Cuando “sólo” se trate del chichón, sin herida, y salvo el dolor, el niño se encuentre bien:
- Aplica el hielo durante 20 minutos, descansa otros 10 y vuelve a aplicarlo, hasta completar por lo menos una hora. El hielo cierra los vasos sanguíneos que se han roto, calma el dolor y baja la inflamación, pero esta terapia únicamente es efectiva tras el golpe; de poco sirve días después (si se hace el chichón estando en la calle, ponle un bote de refresco).
- Además, puedes aplicar algún producto, crema o stick, a base de árnica o con pentosano polisulfato sódico, indicado para hematomas (pregunta en farmacias).
- Cuando se calme tras el berrinche el niño querrá dormir. Puedes dejarle en tus brazos o acostarle, pero procura que tenga la cabeza más alta que el resto del cuerpo (pon una almohada, usa su gandulita si es bebé, o déjalo sobre tu hombro). Si al despertar se muestra dolorido puedes darle el analgésico que tome habitualmente y a la dosis que os haya indicado su pediatra en ocasiones anteriores.
El día del golpe, durante el sueño nocturno conviene que despiertes al niño cada tres o cuatro horas para comprobar si su estado general es correcto. No es preciso levantarle ni someterle a un interrogatorio. Tú conoces bien sus reacciones normales. Si te reconoce y sabe dónde está, si quiere agua, el chupete o pide que le dejes, es suficiente.
Aunque un chichón normal, sin otras manifestaciones, no precisa la atención del médico, por prudencia no está de más que lo vea su pediatra cuando tengas oportunidad.
En el caso de los menores de 1 año, tras un golpe deben acudir siempre al médico, especialmente si se han caído de una altura de más de un metro (cambiador, bañerita, capazo...).